La temperatura del horno es un elemento clave en la elaboración del pan y, por ello, debemos tener mucho cuidado, porque si es excesiva o demasiado baja, el resultado final de nuestro alimento será lamentable y poco apetitoso. En este artículo conocerás la importancia de ello y cuál es la correcta temperatura del horno para hacer pan.
La forma tradicional de obtener un pan bien hecho y con una corteza crujiente y deliciosa, es aquella en la que se comienza horneando a mayor temperatura y, de manera gradual durante la cocción, se va disminuyendo.
Hornear el pan a una temperatura demasiado alta provocará que no se transmita bien el calor al interior, además de tostar excesivamente la corteza; por otro lado, si se hace el pan a una temperatura muy baja durante poco tiempo, este quedará poco hecho, húmedo e incomible. Y, por esto, es importante conocer la temperatura del horno para hacer pan.
Además, esta también varía dependiendo del pan que se vaya a preparar. Para aquellos cuya masa está bastante hidratada o fermentada, lo recomendable es una temperatura de horneado más alta. Y, por otro lado, para masas poco hidratadas o para panes más grandes en los que se desee obtener una miga más compacta, se sugiere una temperatura de cocción menor.
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¿Por qué es tan importante la temperatura durante el horneado?
Existen múltiples razones por las que consideramos que es importante tener en cuenta la temperatura del horno para hacer pan, ya que los resultados dependerán directamente de ello. Aquí te dejamos algunas:
- Si quieres que una masa cruda de harina se cueza y logre generar gases en su interior, esta se debe poner a cocer en un horno a la temperatura tradicional e ideal, entre los 180 y 220ºC. Esto acelerará al máximo la expansión interna, y, gracias a esto, el pan se desarrollará correctamente y generará una corteza gruesa.
- Es aconsejable aplicar una temperatura bastante elevada al principio, la cual debe disminuir conforme avance el horneado.
- Si la temperatura del horno para hacer pan se excede de los 200°C, se pueden desarrollar compuestos cancerígenos en la corteza del mismo, por lo que debemos estar muy atentos.
- Para que un pan esté bien cocido, la temperatura interior de este debe estar entre los 82°C y los 99ºC.
¿Qué importancia tiene el vapor en la cocción del pan?
Un elemento clave aparte de la temperatura del horno para hacer pan es el vapor, cuya mayor participación se produce en la primera fase de horneado. Este permite que se desarrollen correctamente los procesos de gelatinización, así como de caramelización y, además, mejora enormemente la consistencia de la corteza, el volumen del pan y su sabor.
En caso de introducir el pan en un horno que hay sido precalentado a una temperatura muy alta y sin vapor, probablemente causará que la corteza del pan se endurezca demasiado y rápido, complicando que el pan aumente su volumen. Por ende, el resultado final sería un pan seco y muy compacto. No obstante, de haber vapor, la corteza podrá permanecer flexible.
¿Por qué se recomienda hacer uso de una piedra refractaria durante la cocción del pan?
El uso de una piedra de hornear sobre la rejilla de la maquinaria, en la cual se colocará de manera directa la masa, favorecerá que el pan desarrolle una corteza más gruesa y crujiente. Además, esta piedra ayuda mucho durante el proceso de hornear el pan, ya que su placa absorbe humedad y difunde el calor uniformemente.
Esta es otra de las recomendaciones perfectas a tener cuenta si no has pensado aún en la importancia de la temperatura del horno para hacer pan.
Clases de pan y la forma de obtenerlos
Existen diferentes tipos de estos alimentos, y todo se debe a la manera de cocinarlos. La temperatura del horno para hacer pan tiene un papel fundamental a la hora de desarrollar diferentes variedades.
1. Pan horneado en una panificadora
Se trata de un método de elaboración de pan que ofrece una gran ventaja, pues en la panificadora la temperatura y el grado de humedad se regulan de manera automática de acuerdo al tamaño y la fase de horneado del mismo. La temperatura del horno para hacer pan, en este método, oscila entre los 150ºC y los 180ºC, pudiendo llegar hasta los 200ºC (solo al principio del horneado).
Dicha cocción es adecuada para todos los panes, pero se recomienda particularmente para aquellos con semejanzas a pasteles; es decir, aquellos enriquecidos con huevo o leche, y de miga compacta. Por ejemplo, el pan de plátano o el pan de leche.
2.Pan horneado a baja temperatura
Es posible hornear el pan a baja temperatura, siempre y cuando se añadan más horas al tiempo de cocción. Este método se diferencia del clásico de horneado en el hecho de que a baja temperatura los azúcares caramelizan de forma más sencilla, además de conservar las proteínas prácticamente intactas.
Se trata de la temperatura del horno para hacer pan ideal para masas muy densas, húmedas, así como enriquecidas con frutas, verduras, huevos y leche. Produce un pan más compacto, con una miga mucho más pegajosa.
3. Pan yemenita
Este se basa en una receta histórica judía de la tradición yemenita, el “Kubaneh”. El pan se debe cocinar con el calor residual de la chimenea y servir como desayuno al día siguiente. El tiempo de horneado se ubica entre las 8 y 14 horas a baja temperatura del horno para hacer pan (aproximadamente 80-100ºC). De esta manera se obtiene un pan con un interior esponjoso.
4. Pan horneado al vapor
Como se mencionó anteriormente, el pan también se puede cocer al vapor. Es un pan cocido a menor temperatura, el cual queda más húmedo y compacto que el tradicional. Se recomienda una cocción a una temperatura menor a los 110°C. Esto se debe a que se cree que es el punto a partir del cual se producen moléculas complejas nocivas para nuestro organismo.
5. Pan deshidratado
Para obtener un pan con todas sus enzimas y nutrientes intactos, se emplean las deshidratadoras. Con estas se pueden preparar crackers y panes a base de semillas, frutos secos y verduras, y son panes planos, sin levadura, crujientes y nutritivos, además de tener un largo período de conservación. Se trata de alimentos bastante prácticos y energéticos.
6. Pan germinado
Es posible elaborar un pan germinado a partir de semillas germinadas, como lo son el trigo, el trigo sarraceno, el centeno, la quinoa o la alfalfa. Semillas que deben ser trituradas y deshidratadas a unos 42ºC aproximadamente con el fin de conservar todas sus enzimas. El resultado es un pan muy energético, dulce y compacto. Con un alto contenido nutritivo, además de ser muy digestivo y vivo.