Trucos de cocina

Cómo congelar churros y porras para conservarlos

Los churros y las porras son de esos platos típicos españoles que todos disfrutamos y nos encantan para compartir y merendar. Algunos prefieren los churros caseros y otros tienen churrerías de confianza, pero como sea, a todos nos interesa aprender a congelar los churros para alargar su tiempo de vida y disfrutarlos por más tiempo.

Seguramente no se te había ocurrido la posibilidad de congelar los churros, ya que usualmente los comemos frescos y acompañados de un poco de chocolate o dulce. Por ello es difícil imaginarnos un churro congelado, ¿no?

Pues existen métodos para congelarlos sin que se pierdan sus características principales, así que no tendrás que pasar un mal rato al comer tus churros después de congelarlos. Veamos cuáles son esos métodos para congelar los churros y conservarlos.

¿Cómo conservar los churros?

Aunque seguro te preguntarás cómo es el procedimiento para congelar los churros, nos gustaría enseñarte todas las formas de las que puedes conservar tus churros y porras para saborearlas en cualquier momento.

Ya sea que hayas metido churros de más en tu freidora en casa o que compraste muchos en la churrería, si te han sobrado, existen maneras realmente sencillas de conservarlos para comerlos después. Empecemos por la más fácil.

Conservar churros a temperatura ambiente

Los churros son una preparación frita y, por tanto, su textura ideal es crujiente. Cuando nos quedan churros y deseamos guardarlos, el principal temor es que pierdan esta propiedad y se vuelvan desagradables al paladar. Sin embargo, es posible evitar que esto suceda.

Si deseas conservar sin congelar los churros, un modo de hacerlo es dejándolos a temperatura ambiente. De esta manera pueden durar hasta 2 días para volver a ser consumidos, pero es importante que sigas estos pasos:

  1. Tendrás que dejar enfriar muy bien los churros o porras. Para ello te recomendamos dejarlos sobre papel absorbente por unos minutos, de manera que también podamos quitar el exceso de aceite.
  2. Utiliza un recipiente hermético para conservar tus churros.
  3. Para mantener por más tiempo la textura crujiente de los churros, forra el interior del envase hermético en papel aluminio.
  4. Deposita en un lugar seco el envase con los churros.

Siguiendo estos pasos solo tendrás que recalentar los churros cuando desees comerlos. Es clave mantenerlos lejos de la humedad para evitar que se dañen.

Al momento de recalentarlos, lo más recomendable es llevarlos al horno precalentado por unos minutos, pero también funciona bien una freidora de aire si es que tienes una.

Conservar churros en la nevera

Para este segundo método de conservación, que todavía no implica congelar los churros, vamos a modificar su temperatura.

¡Importante! Si bien conservar los churros en la nevera es una posibilidad si se siguen ciertos pasos, no es tan recomendable porque puede llenar de humedad los churros y porras, provocando que se pongan muy aguados y sea difícil devolverles su textura original.

El secreto para conservar churros y porras en la nevera está en envolverlos muy bien antes de meterlos en el refrigerador. Los pasos para conseguirlo son básicamente los mismos que en el método anterior, salvando la diferencia de que en esta ocasión los guardaremos en la nevera.

Es decir, el paso número 1 será dejar enfriar muy bien nuestros churros en papel absorbente igual. Pero, a continuación, nos valdremos de papel de aluminio o plástico para guardar y envolver muy bien los churros. Tras esto los meteremos en un recipiente hermético e introduciremos en la nevera.

Una alternativa grandiosa para envolver de mejor manera los churros y garantizar su correcta conservación, es sellándolos al vacío. Si cuentas con una envasadora al vacío en casa, puedes colocar tus churros en bolsas de sellado, lo que evitará que la humedad se cuele fácilmente y garantizará una mejor conservación.

Bajo este método, los churros pueden durar alrededor de 4 días y la manera de recalentarlos es fundamentalmente la misma. No utilices microondas, ya que la densidad del churro se vería comprometida.

Cómo congelar los churros

Ha llegado el momento de enseñarte cómo congelar los churros para que puedas conservarlos por más tiempo, garantizando su sabor, textura y aroma original.

Los churros se pueden congelar fritos, pero si deseas simplemente adelantar algo de trabajo y tenerlos listos para cualquier momento que te apetezcan, también es posible congelarlos sin freír. De hecho, puede ser mucho más recomendable.

En caso de que decidas congelar los churros ya preparados, debes comenzar por dejarlos enfriar igualmente. Prepara un recipiente hermético y papel para hornear.

Una vez bien fríos los churros, colócalos en un recipiente lo más separados que puedas para evitar que se peguen. Utiliza el papel para hornear para colocarlo entre los churros si deseas poner varios pisos de churros dentro del envase. Este papel sirve para absorber también la humedad y evitar que se ablanden.

Ya listo tu envase, mételos al congelador donde podrán durar hasta dos meses. Para recalentarlos, puedes colocarlos en la tostadora de pan, la freidora de aire o meterlos al horno por unos minutos. Recuerda que, al menos que quieras un chicle, no los metas en el microondas.

Si prefieres congelar los churros crudos, es decir, la masa de los churros, el procedimiento es otro y te lo contamos a continuación:

  • Coloca en una bandeja papel antiadherente y sobre ella forma los churros del tamaño que desees.
  • Deja suficiente espacio entre cada churro para evitar que se peguen.
  • Cubre la bandeja con papel film y ponlos en el congelador durante dos horas. Este será un pre-congelamiento.
  • Para congelar los churros, pasadas las dos horas deberás retirarlos de la bandeja y pasarlos a un envase hermético o bolsas herméticas. Funciona perfectamente si tienes una envasadora al vacío.
  • No es necesario envolver, ya que los churros están previamente congelados.
  • Introdúcelos en el congelador y… ¡Listo!

Al congelar los churros crudos, te aseguras de tener churros y porras por al menos 2 meses y podrás disfrutar de su sabor en el momento que quieras. Para consumirlos, se recomienda freírlos directamente sin dejarlos descongelar demasiado, puesto que se corre el riesgo de que se ablanden.

Así que, no queda más que calentar muy bien el aceite y poner a freír tus churros. ¡Buen provecho!

¿Has puesto en práctica algunos de estos métodos de conservación antes?

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